viernes, 23 de septiembre de 2011

Joroña que joroña

La sombra de Grecia es alargada. A estas alturas a la abuela del yogur griego le han bajado su pensión un 30%, con lo que no le ha quedado más remedio que pasarse a una marca blanca de leche fermentada, y su yerno el funcionario lleva tres días frente al hermoso mar azul preguntándose qué ha pasado con su empleo, aquel que era para toda la vida.

El resto seguimos atónitos el devenir de las cosas y de las bolsas, oyendo ya demasiado a menudo aquello de que «España no es Grecia». Qué risa. Precisamente el presidente catalán, Artur Mas, reñía ayer a los médicos catalanes, que andan revolucionados y amenazan con huelgas para la próxima semana, diciéndoles que no se pasen un pelo si no quieren acabar a la griega.

Pero en los grandes hospitales catalanes y algunas áreas de salud los ánimos están muy muy caldeados. Allí donde no llegó el ahorro en quirófanos, el cierre de plantas o el despido de interinos y suplentes de este largo verano, van a tener que llegar los médicos con sus nómimas. Los recortes son de tal envergadura que en algunos casos suponen el 30% de los ingresos, una cifra que confieso que a mi me parecía irreal, pero que me ha confirmado gente seria del sector: fuera complemento de jornada partida, reducción del precio de hora de guardia (de 15 a 12 euros), transformación de la jornada en turnos deslizantes para cubrir las horas en que no habrá médico de guardia, pérdida de complementos objetivos durante un año y otros complementos durante los próximos 3 meses. Y en enero, pues ya veremos qué pasa.

Circula estos días por los hospitales una carta dirigida al presidente de la Generalitat que está siendo firmada por todos los jefes de servicio, en la que se alerta de los riesgos de tal precarización sobre la calidad de la asistencia sanitaria y la formación de nuevos profesionales. Se erigen en defensores de sus intereses y de nuestros derechos y se aferran a la calidad del sistema, pero eso al sistema ahora le importa un pito, sólo quiere enlentecer la hemorragia a la espera de la próxima transfusión presupuestaria.

Este otoño se prepara largo, pues de repente se está acabando el dinero y va a ser como una agónica llegada a fin de mes con la visa petada. En Cataluña esta misma semana se ha anunciado que la Generalitat retrasará las transferencias corrientes a las universidades catalanas y que se alarga el plazo para pagar a las farmacias hasta el 31 de diciembre. Menos mal que España no es Grecia.


                    Vídeoblog de Miquel Vilardell, presidente del COMB