jueves, 26 de mayo de 2011

Una noche de mayo

Cada mes de mayo en Ediciones ídem vivimos uno de los acontecimientos que marca nuestra agenda anual, y van ya 24: la entrega de los premios Mayo. Son noches en las que siempre pasan cosas, al menos eso me gusta creer, y la del 19 no fue la excepción.

Este año me quedo sobre todo con el agradecimiento. El agradecimiento y satisfacción que nos hicieron sentir todos los premiados y que tengo la sensación de que esta vez fue mucho más allá de una mera fórmula protocoloria. Todos nos quisieron transmitir que en estos tiempos, más que nunca, agradecían enormemente el reconocimiento de que sigue habiendo profesionales y empresas que hacen un gran trabajo de forma silente e inenterrumpida. Los profesionales sanitarios, representados por Miquel Vilardell y el presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos, Jordi de Dalmases, agradecieron sinceramente disfrutar de una noche de premios en medio del panorama de recortes prespuestarios y de serias dificultades económicas para muchas oficinas de farmacia. Las compañías farmacéuticas, por su parte, agradecieron también el reconocimientos a su trabajo de I+D+I y de expansión internacional. Parece como si la crisis hubiera hecho más visible su valor como empresas innovadoras y creadores de riqueza. Por eso, este año los agradecimientos hacia ellos también sonaron más claros, fuertes y sinceros.

Los Premios Mayo siempre han querido ser una fiesta que reúne a todos los miembros de la "familia sanitaria". Y curiosamente este año todos parecíamos más unidos que nunca bajo el yugo de la crisis: la crisis del sector editorial, de las administraciones, de los presupuestos, la del mercado puro y duro. Todos éramos conscientes del esfuerzo que nos había supuesto llegar hasta allí y de lo incierto del futuro para muchos de nosotros. Creo sinceramente que esa noche todos fuimos más felices. Al menos por unas horas.